Claves para saber cuándo hacer una PAUSA en tu vida

 

¿Cuándo deberías hacer una pausa en tu vida?

Deberías o podrías hacer una pausa si hay algo dentro de ti que grita: ¡detente!, ¡respira!

Pero, a veces no te escuchas, no me escucho o no nos escuchamos.

Y, entonces, ¿cómo saberlo?, ¿cómo saber cuando detenernos un poco?

 

Detente un momento o haz una pausa si…

  • Piensas en otra actividad o en otra situación, mientras estás haciendo algo totalmente diferente.
  • Te sientes agobiado/a.
  • Vas a la cama durante varias noches seguidas y sientes insatisfacción de lo que has hecho durante el día.
  • No recuerdas bien lo que hiciste la semana pasada.
  • Tienes desencuentros, repetidamente, en tu entorno familiar o laboral.
  • Te miras al espejo y no te gusta lo que ves.
  • Sientes ganar de llorar o de enfadarte y no encuentras alguna razón.
  • Ya no recuerdas la última vez que reíste a carcajadas o con muchas ganas.
  • Te sientes cansado/a, con frecuencia.
  • Te has olvidado de las cosas que te gustan y que te mueven.
  • Si te reconoces en varias de estas situaciones o estados, es hora de hacer una PAUSA.

 

Una PAUSA, significa:

 

Volver a observar las cosas.

 

Volverte a observar a ti. Volverme a observar a mí.

 

Darte cuenta de que existes. Darme cuenta de que existo.

 

Y reconocer que eres mucho más que lo que haces, que soy mucho más que lo que hago.

 

Reconocer que tu vida la definen tus emociones, tus pensamientos, tus momentos vividos, tus aspiraciones, tus miedos, tus retos, pero ante todo: tu vida la defines tú. NO lo que haces. SÍ lo que vives, lo que sientes, lo que experimentas.

Así que si te están pasando varias de esas situaciones juntas, como me ha sucedido a mí recientemente, te sugiero:

 

1. Reconoce

 

Reconoce que estás pasando por esos momentos. Cuando reconoces algo puedes trabajar sobre ello. Si no reconoces que existe algo, ¿cómo lo trabajas?

 

2. Expresa

 

Expresa lo que sientes. Deja que tu cuerpo hable. Si quieres llorar, llora. Si sientes enfado: enfádate un rato. O si lo que quieres es hablar, desahógate. ¡Exprésate!

 

3. Haz algo que te guste

 

Haz algo que te guste y que te de paz: caminar por un parque, caminar por las calles de tu ciudad, hacer ejercicio, observar el atardecer escuchando la música que te gusta… Una acción que te permita conectar con tu cuerpo, con tu mundo, con tu alma, con tu momento, con tu ciudad. Permanece un buen tiempo en ello.

]Una mujer divisando el mar. Catalina haciendo una pausa en su vida y disfrutando de Santorini.

Foto tomada en mi viaje a Santorini. Respiré, observé e hice una linda pausa.

 

4. Respira

 

Si sientes que ya comienzas a conectar contigo y con lo que te gusta, tómate unos minutos para respirar de manera consciente. Tú escoges el lugar, la hora, la manera, los minutos. Simplemente respira. Si te apetece cierra los ojos y siente cómo respiras.

Si sientes que esto está funcionando, haz lo mismo otro día. Incluye tanto la acción que te guste y que te de paz como los encuentros contigo y con tu respiración.

Hazlo las veces que lo sientas necesario.

 

5. Pasa a la acción

 

Y si tras estos pasos te sientes mejor, es hora de pasar nuevamente a la acción.

En mi siguiente post te contaré sobre qué tipo de cosas puedes hacer para retomar la acción tras esta pausa.

Te invito esta semana a que si crees que necesitas hacer una pausa, la hagas. 

Y que si no la necesitas, pienso que es bueno incluir una pausa cada cierto tiempo para volver a conectar.

 

Para complementar este post, me encantaría compartir contigo una escena de la película Una cuestión de tiempo (About time. 2013) Es un mensaje muy sencillo y con mucho encanto para que cada día sea un día especial, un día vivido de una manera simple y mágica.

 

 

¡Que tengas la semana que quieras crear!