Tres pasos sencillos para iniciarte en la práctica de mirar (texto + video)

Hoy te comparto la importancia de saber mirar a los seres que te rodean, honrar su presencia y hacerles sentir que existen.

En este post encontrarás:
  • Mi experiencia personal
  • Mención de actividad realizada en un seminario
  • Ejercicio para experimentar, no para escribir
  • Video-experimento de Tu Historia Personal

Hoy desperté, y ahí estaba… mi gato.

Mi gato. Sí, mi gato

Y entonces lo vi. Hace días que no lo veía. Y no me refiero a “verlo”. No se ha perdido, ha estado todo el tiempo. Pero, a veces, miro para otro lado y no hago honor a su presencia. Pues hoy lo vi y sentí su presencia en el espacio que habitamos.

 

En algunas ocasiones, hacemos lo mismo con la gente, ¿no lo crees?

Tenemos a nuestro alrededor a los seres queridos y amigos… pero, ¿cuántas veces los miramos realmente a los ojos? ¿Sintiendo su presencia? ¿En silencio?

 

Y mientras escribo esto, recuerdo un ejercicio que hicimos en un seminario -The Inner Game- que fue impartido en Madrid por Timothy Gallwey, el padre del coaching moderno. La práctica consistió en saludarnos entre los asistentes EN SILENCIO, simplemente mirándonos a los ojos.

 

¿Podrías hacer esto con tu familia, con tu pareja y con tus amigos?

 

 

El verano pasado, hice un ejercicio parecido con mi familia y observé que algunos no eran capaz de permanecer en silencio mirando al otro. No pasa nada. No estamos acostumbrados. Y nos intimida mirar dentro del otro y que el otro nos mire, realmente.

Mírate en el espejo.

 

No mires tus arrugas o posibles arrugas, el color de tu cabello o tu lunar. Mírate a los ojos, permanece ahí en silencio. Haciendo honor a tu presencia. Haciéndote sentir que estás ahí y que notas tu presencia.

Gráfico que muestra el número 2. Paso 2 para aprender a mirar

 

Ahora, mira a la gente que vive contigo.

 

Tus padres, tus hijos, tu pareja, tu compañero de piso…

Por lo menos, elige una persona para comenzar.

Lo puedes hacer sutilmente. Obsérvale cómo se mueve, la velocidad de sus movimientos, su forma de hablar, su mirada, etc. Como si le acabaras de conocer… como si fuera un misterio y tu quisieras desvelarlo.

Ahora bien, si te atreves (yo me atrevería) dile que te apetece mirarle en silencio, frente a frente… unos segundos, o un poco más. La primera vez te costará o quizás no. Pero luego, con el tiempo, será más fácil o cómodo poder mirar a las personas directamente a los ojos.

Gráfico que muestra el número 3. Paso 3 para aprender a mirar

 

Y, ¿qué tal si haces el ejercicio con el señor de la tienda, con el que va al lado en el metro, con un compañero de la oficina?

 

No le asustes. No se trata de decirle que te gustaría que os miraseis a los ojos por unos segundos. Simplemente, obsérvalo sintiendo su presencia en el mundo.

Es increíble como esta sencilla práctica te puede dar una perspectiva diferente de ti y de las personas que te rodean, una perspectiva de tu verdadera presencia más allá del ruido. Es una invitación para sentir la presencia del otro en el mundo.

¿Te apetece que nos miremos realmente?

 

He invitado a algunos amigos, compañeros y vecinos a realizar esta práctica. Te dejo el video en el que podrás compartir su presencia. 

 

 

Recuerda suscribirte a mi canal de youtube.

¡Que tengas el día que quieras crear!

Un abrazo,