Identifica lo que te hace sentir estancado y lo que hace que te sientas motivado

¿Cuál te ayuda más a lograr tranquilidad y felicidad en tu vida? Esto es algo que te ayudará en varios ámbitos. Hoy voy a abordar el tema desde una perspectiva relacionada con el cambio. No obstante, aprovecho para comentarte que cuando tengas que tomar una decisión sobre algo, te preguntes ¿esto que voy a hacer detiene o impulsa mi vida? Piénsalo bien. No lo tomes a la ligera. Puedes pensar que comprar una casa o un yate impulsa tu vida, pero si lo vuelves a mirar quizá ayuda a sentirte estancado. Préstamo, impuestos, mantenimiento, etc. Haz cuentas, haz comparativas o comparaciones (según como se diga en tu país) y vuelve a preguntarte ¿esto impulsa o estanca mi vida? (tema para otro post).

 

Recalculando o estancado

¿A ti te sirve de algo sentirte estancado/a? Hacer una pausa es válido, te ayuda a revisar, reflexionar y recalcular, pero estar estancado es otra cosa. Es poder avanzar, crecer y desarrollarse y no hacerlo por algún motivo o para algo. Recalcular toma un tiempo concreto. Estar estancado es un estado con una duración de tiempo difícil de concretar.

¿Cuántas veces te has sentido estancado? Y cuando te sientes así, la gente te dice que hagas un cambio ¿Es así de fácil?

 

¿Por qué a veces es tan difícil cambiar?

Un cambio puede tardar años, meses, días o incluso segundos. Sí, incluso segundos. El proceso del cambio consiste, básicamente, en un 1. cambio de creencia o pensamiento que nos lleva a 2. sentirnos diferente, a 3. decidir de manera diferente, a 4. actuar diferente y a tener 5. resultados diferentes. Pero si el cambio puede traer tantos beneficios a nuestra vida ¿por qué no lo hacemos o para qué no lo hacemos?

 

¿Qué es lo que nos gusta tanto del lado del “NO CAMBIO”?

¿No te causa interés conocer lo que nos detiene?

¡Por qué tanta dificultad!

Luego, sucede un acontecimiento muy importante en nuestra vida y ¡zas!, cambiamos en cuestión de días, horas, minutos y segundos.

 

La percepción del tiempo y el cambio

¿Será el hecho de que pensamos que la vida es larga y que ya vendrá alguna oportunidad en el futuro?

¿Entonces nos quedamos en “la puerta de casa” esperando a que pase el tren que nos va a llevar al lugar donde queremos estar?

¿Qué pasa si ese tren nunca pasa?

Quizá ha pasado 2, 5 o 10 veces, y seguirá pasando cada cierto tiempo, pero ¿nunca damos el paso para subirnos?

¿Y si entonces nos quedamos sentados, quejándonos y llorando porque no subimos al tren?

Pero tras unos días, vuelve el sueño del cambio, de algo mejor, del desarrollo de un proyecto, del dejar atrás «eso que me detiene», de ser más flexible, de disfrutar más, etc.

Y vuelve a pasar un tren. Y, ¿qué haces?, ¿qué hago? Nos quedamos observándolo y no subimos.

¿Será que pasamos demasiado tiempo pensando en ello?, o por el contrario, ¿no lo pensamos? y terminamos evitando pensar en ello.

 

¿Qué hay entre la escena de estar parado en «la puerta de tu casa» observando, y el tren que está en movimiento pasando mientras lo observas?

Un espacio.

No hay nada real que los una. Son dos escenas. Una frente a la otra.

 

Y me pregunto, ¿qué podría unirlas?

¿Qué piensas que podría unir estas dos escenas?

Algo sencillo.

Las acciones, un paso fundamental para el cambio

Dar un paso, dos pasos, tres pasos… que representan el comienzo de un CAMINO, indican MOVIMIENTO,  e implican ACCIÓN.

Eso es lo que los UNE.

 

Y ahora te pregunto, ¿vas a seguir esperando en “la puerta de tu casa”?, o, ¿vas a dar un paso que, básicamente, es una acción?

Un paso = Una acción

 

¿Qué acción vas a desarrollar hoy, que te acerque a eso que quieres, a ese proyecto, a ese estilo de vida?

 

Una acción

Piensa y escribe una acción. No termines de leer este post y cierres la web sin que veas anotado en tu computador/a, ordenador, tablet o papel, tu acción.

No te digo que planees el resto de tu vida, ni un plan de acción para los siguientes cinco años o un proyecto excepcional. Solo UN PASO, un paso.

Pienso que la ACCIÓN (con propósito) combate la desilusión, la desesperanza y la falta de voluntad.

Tomar acción o realizar una acción con un propósito, saca al guerrero o a la guerrera que hay en ti para trabajar en la consecución de tus objetivos y proyectos, aquello que deseas y que mereces.

Y me refiero al guerrero/a como persona que deja de lado el victimismo y desarrolla herramientas y valores para lograr sus sueños. Muchas veces nos comportamos como víctimas. Lo entiendo. A veces, no tenemos fuerza.

 

Pero hay momentos, tú lo sientes, en los que debes dejar atrás esa sensación para hacerte responsable de tu situación y comenzar a hacer cambios para mejorarla.

 

¡Adelante!

¡Empieza!

¡Gooooooo for it!

Joven saltando. Ha pasado de estar estancado a sentirse motivado.

 

Te invito a que respondas estas preguntas:

 

1.¿Tienes presente cuáles son los proyectos más importantes en tu vida? Escribe sólo dos.

2.¿Qué tienes a tu favor para lograrlos? Menciona habilidades, capacidades, virtudes, circunstancias y otras herramientas y recursos.

3.¿Qué tienes en contra para desarrollarlos? Mira lo que puedes hacer para abordar estos obstáculos y convertirlos en herramientas y oportunidades

4.Identifica una acción que puedes desarrollar hoy y que te acerque a la realización de esos proyectos

5. ¿Estás dispuesto a hacer un cambio hoy?

Sí__      No __

6. ¿Realmente quieres cambiar y mejorar tu vida?

Sí __      No__

Si la respuesta es SI, vuelvo a preguntar: ¿Qué vas a hacer hoy para acercarte más a la realización de esos proyectos/sueños/objetivos?

¡Hazlo!

Y si ya lo estás haciendo y estás logrando los resultados deseados ¡FELICITACIONESSSSSS!

Y si ya estás tomando acción pero no estás logrando los resultados deseados, revisa las acciones y realiza cambios. ¿Has escuchado esa frase que dice: “Mientras sigas haciendo lo mismo, los resultados serán los mismos”?