Diez pasos para gestionar preocupaciones y reducir problemas… Luego, pasa a la acción

En este post encontrarás pasos concretos para que veas desde otra perspectiva las preocupaciones y los problemas. Sigue el ejercicio paso a paso y observa lo que piensas y sientes al inicio y al final. Hoy comparto texto y video.

Un papel arrugado en forma de bola puesto sobre una hoja de cuaderno que tiene dibujado un bombillo. Aprende a gestionar tus preocupaciones y problemas

¿Recuerdas que hace un par de semanas escribí sobre cuándo hacer una pausa en tu vida? yo la necesitaba. Hice la pausa y ahora voy pasando nuevamente a la acción. (Claves para saber cuando hacer una pausa en tu vida)

Luego, la semana pasada compartí contigo algunas posibilidades para organizar tu tiempo con el fin de que te sientas más tranquilo/a a la hora de realizar tus tareas y actividades. De esta manera, puedes pasar a la acción. (Cómo pasar a la acción tras la pausa)

Aclarando un par de conceptos

No obstante, hoy te cuento otras opciones para que gestiones mejor tus preocupaciones, si es posible, que las elimines. Esas preocupaciones surgen de la idea que tenemos de ciertos problemas. Preocupación es diferente a problema pero para el post de hoy, podemos poner estas dos palabras en el mismo círculo.

Una simple definición:

Problema: es una situación que presenta difícil, compleja o desconocida solución para alguien.

Preocupación: es lo que se genera dentro de nosotros frente a esa situación.

Y antes de continuar escribiendo, te pongo el enlace del video que he grabado con el resumen de estos pasos. Sea que prefieras el video o la lectura, te invito a que lo hagas. Experiméntalo y luego decide si te sirve o no. A mí me funciona.

¿Te apetece pasar a la acción nuevamente?

 

Has organizado tu horario como te sugerí y aún sientes que no vuelves a la acción como tú realmente deseas.

¿Qué está pasando?

  • Hay algo que te está rondando por la cabeza o el corazón… una preocupación o varias preocupaciones que, posiblemente, te angustian. Sientes que esto crea tensión y presión en tu vida. Así que sientes que estás desbordado/a.
  • O, simplemente no estás alineado/a con tu camino.

Todo es normal, es parte del proceso, es parte de tu proceso.

 

1. Así que lo primero que vamos a hacer es ACEPTARLO, aceptar lo que sucede, sin rechazo, sin rebeldía (dímelo mí), sin buscar razones, causas, consecuencias, inventos y teorías. Acepta que en este momento tienes algunos problemas y preocupaciones.

 

2. Vamos a hacerlo de manera más lúdica. Así que DESCRIBE en una frase lo que te pasa. Escríbelo en una tarjeta o  en un papel suelto o SIMBOLÍZALO con algo: un bolígrafo, un sombrero, cualquier cosa que realmente represente esa situación o preocupación (falta de ilusión por tu vida, problema económico, dificultades en tu relación familiar, el proyecto “no va bien”, etc.).

 

3. Pon ese objeto o ese trozo de papel con la frase sobre una mesa o en el suelo (o donde te apetezca) y OBSÉRVALO. Y piensa: esa es mi situación “X”, o esa es mi preocupación “Z” o eso representa, en este momento, mis preocupaciones.

 

4. “Esa es”, “Eso es”.  DESPRÉNDETE de eso. No te identifiques más con eso. Eso es “eso”, no eres tú. Cuando conviertes ese problema en tu vida, cuando conviertes esa preocupación en tus días, cuando conviertes ese pensamiento en tu fiel acompañante, parece que te convirtieras en ello, por esa razón hablas de ello, piensas en ello, sientes sobre ello y, finalmente, te agobias.

 

Aprende a tomar distancia

 

TOMA el papel o el objeto, acércalo a ti. Luego, ponlo nuevamente en el suelo o en la mesa (retirado de ti). ¿Qué sientes cuando lo tienes en tus manos y qué sientes cuando lo retiras? Tómate tu tiempo. Vuelve a repetir esta parte de tomarlo y luego alejarlo. Te espero. Yo siento descanso cuando lo alejo. No porque huya de ello sino porque logro entender otras cosas. ¿Qué entiendes tú cuando lo alejas? Yo entiendo que “eso” no soy yo, que yo no soy “eso”. Logro entender que esa es una situación que yo experimento pero que yo no soy la situación, entiendo que soy la persona que siente sobre eso pero que no soy ni un problema económico, ni soy mi angustia existencial, etc.

Eres la persona que experimenta

 

Eres la persona que experimenta, no eres esa experiencia. ¿Lo entiendes? Si quieres ponlo en otra habitación, en otro lugar. Aléjate lo que más puedas de ello, vive lo que sientes y luego vuelve a tomarlo. Estoy segura que ahora sí percibes más la diferencia.

Reduce el tamaño

 

5. Ok. Vamos bien… ¿no es así? Ahora que lo ves desde fuera, MINIMIZA o REDUCE esa situación, preocupación o problema a una palabra o a un par de palabras. Esa palabra o par de palabras deben reunir lo que más te “preocupa” de ello.

Imagínate que es un problema económico, en mi caso yo le pondría: falta de estabilidad.

Si es un problema familiar, yo le pondría: necesidad de más comunicación (vale, ya sé, son cuatro palabras. Soy flexible con los ejercicios. Lo importante es que sea lo más simple posible).

Imagina que te agobia una relación sentimental, redúcela a lo que crees que puede ser: necesidad de compartir, necesidad de amar.

O quizá el proyecto no va bien y en el fondo sabes que es falta de confianza en ti o imagínate que tu “problema” es que no tienes organización y que necesitas trabajar de manera más disciplinada, pues el resumen sería: falta de disciplina y perseverancia.

Encuentra tu “resumen”, tus palabras claves. ¿Sientes como algo que sentías que era grande va tomando una tamaño más manejable?, ¿un tamaño que puedes gestionar tú?

 

Tamaño manejable

 

6. Ahora que has reducido “eso” a una tamaño manejable, ¿que está EN TUS MANOS para trabajar en ello?

Si hay algo que no esté en tus manos, déjalo de lado. ¿Es posible que hagas que pare la lluvia para poder ir al parque con tu pareja y amigos?, ¿puedes detener el tiempo para hacer eterno ese momento maravilloso con esa persona?, ¿puedes hacer que caigan billetes del cielo?

Ok. ya entendiste. Regresamos a tus manos, a lo que tienes ahí, al resumen de esa situación o preocupación, a lo que sí puedes hacer, a lo que sabes que puedes hacer. Sí, lo puedes. Lo sabes, solo que a veces buscas en el exterior esas herramientas y capacidades que tienes en tu interior.

Así que cuando estés seguro de que tienes lo que se necesita tener para poder gestionar ese “problema” (llevado a una expresión reducida), pasamos al siguiente paso. Ah, ¿que aún no estás seguro/a? Respira profundamente, siente, siéntete, siéntete a ti, ahí, adentro, con todo el amor, la esperanza y las ganas de gestionar esto, de “salir” de esto y continuar tu camino. Vuelve a mirar el objeto o el trozo de papel. Es solo eso: un trozo de papel, un objeto. Y tú eres más, mucho más que eso.

 

Toma una decisión. ¿Preocupaciones o soluciones?

 

Ahora es cuestión de DECISIÓN: ¿Quieres gestionar esto? o ¿quieres que esto siga haciendo parte de tu vida? No te preocupes. Es tu respuesta. Es tu proceso. Tienes toda la libertad para responder : Sí o No. Yo tengo muy clara mi decisión y mi decisión es SEGUIR CONOCIÉNDOME, APRENDIENDO, mi decisión es SEGUIR MI CAMINO y para ello gestiono las cosas que me pasan. A veces de una manera y en otras ocasiones, de otra forma. Y no pasa nada. Siempre aprendo. ¿Sí? ¡Siiiiiiii decides gestionar lo que te pasa! Genial.  Ahora podemos pasar al séptimo paso.

 

Lluvia de soluciones

 

7. Escribe dos maneras de darle SOLUCIÓN a ese problema. Da igual si te las crees o no.

8. Ahora, escribe cinco maneras de solucionarlo.

9. ¡Vamos!, has un esfuerzo y escribe 10 maneras de solucionarlo o de gestionarlo.

10. Seguramente muchas de esas soluciones no se te habían ocurrido antes. Léelas en voz alta, para ti. ¿Hay alguna que te suene?, ¿que te haga sonreír cuando la lees?

¿Cómo podrías LLEVARLA A CABO? ¡Vamos de aventura!

 

Aventúrate a desarrollar nuevas maneras de solucionar esos problemas y eliminar esas preocupaciones.

Llévala a la acción. Seguro encontrarás cómo.

 

Pero ante todo, llévala a la acción con algo de locura, de esa que nos lleva a hacer cosas impensables.

Con confianza para que la realices con más fuerza,

Incorpora tu raciocinio para encontrar nuevas conexiones y nuevas maneras de pensar.

Añade tu voluntad para empujarte a caminar y danzar.

Y, por supuesto, con esperanza, siempre con esperanza de que todo saldrá de la mejor manera posible.

(Si te apetece desarrollar un plan de acción, te puedes apoyar en este post: 12 pasos para elaborar un plan o proyecto para tu vida)

Vuelve a la acción.

Tu vida siempre te está ofreciendo la mano para que vivas con ella una aventura.

¡Que vivas la aventura que quieras crear!

 

Y ahora, te dejo con este tema que interpreta The Piano Guys. Hay partes de este tema que me elevan y como hoy me acompañó mientras escribía este post para ti, me apetece que tú también lo escuches.