La vez anterior hablamos acerca de los malentendidos (lee el anterior post: https://tuhistoriapersonal.com/malentendidos/).  En esta ocasión abordaremos las suposiciones. Supongo que no tienes tanto tiempo para leer este post pues eres una persona que no se esfuerza. ¿Quién me dijo esto?, ¿soy brujilla?, ¿estoy metida en tu mente?, ¿por qué hago estas suposiciones?

¡Deja de suponer!

 

¿Te suena alguno de estos comentarios?:

Yo estoy segura de que él actúa así porque es un irresponsable. Seguro salió de fiesta con los amigos.

¿Estás seguro? ,¿estás seguro/a al 100%?, ¿se lo preguntaste?, ¿lo puedes comprobar?

Ese político seguramente también es un ladrón, como su primo.

¿Te ha robado a ti? Si le ha robado a otros, ¿estás seguro de eso?, ¿conoces todos los detalles y los hechos?

Estamos continuamente haciendo suposiciones. En otras palabras, podría decir que, continuamente, estamos inventando historias en nuestra mente, inventando películas.

¿No es más fácil PREGUNTAR?

 

Cuando haces suposiciones:

  1. Puedes gastar mucha energía…
  2. Puedes sufrir sin razón alguna.
  3. Te puedes enfermar.
  4. Puedes perder el tiempo adelantándote a los hechos o a la verdad que aún no conoces.
  5. Puedes tomar acciones equivocadas.

Cuando preguntas, compruebas y escuchas:

  1. Puedes tener claridad sobre algo.
  2. Esa claridad te va a quitar un gran peso de encima.
  3. Puedes sentir lo que sientas sobre un hecho real y no sobre una historia inventada.
  4. Puedes tomar decisiones en coherencia con esa verdad conocida.

¿Y qué podemos hacer para suponer menos y escuchar más?

  1. Si tu mente va a comenzar a dar vueltas y a cocinar una historia a fuego lento, apaga el horno rápidamente. No enciendas un fuego que no sirve para mucho. Toma consciencia y dite a ti mismo: pregunta…
  2. Sí, pregunta. Pregunta al protagonista de ese hecho. No al vecino, ni a la hermana, ni a su mejor amiga. Pregúntale a la persona.
  3. Cuando preguntes no des por hecho una respuesta. Por ejemplo: ¿cierto que fuiste tú la persona que dañó eso…? Ya estás dando por hecho que la otra persona lo hizo. Haz preguntas abiertas, dile al otro que quieres saber qué sucedió.
  4. Escucha. Escucha realmente. 
  5. Ponte en el lugar del otro para poder entenderlo mejor.
  6. Vuelve a escuchar.

Esto le dará otro sentido a tu forma de comunicarte y, por ende, a tus relaciones.

¿Y qué pasa cuándo el otro hace suposiciones sobre mí?

Es el proceso del otro, no es el tuyo. No obstante, podrías decirle a la otra persona que si quiere conocer tu versión de los hechos, tú estás ahí para compartirla. Si esa persona no te pregunta y no te escucha… está en otro proceso de vida… inventando su película. 

Hoy en día este maravilloso pero delicado mundo digital se presta para difundir suposiciones (mentiras) acerca de las personas. Desde Tu historia personal yo te invitaría a que emplees estas fabulosas herramientas para construir, apoyar, compartir, aprender y crecer juntos. Desde esta perspectiva: preguntas y escuchas.

Reina en tu reino, deja que los otros reinen en el suyo. No pretendas que conoces todo o a una persona al 100%. No es posible. Ni siquiera nos conocemos a nosotros tanto. Vamos en nuestro proceso.

¡Dejemos de lado las suposiciones!

O, por lo menos, reduzcamos el número de suposiciones en nuestras vidas.

Te invito a ser más libre y a dejar que otros sean más libres. Esa libertad puede comenzar también con una pregunta que le permita al otro expresarse y decir la versión de los hechos.

Yo quiero construir hoy ¿y tú?

Un abrazo,

Te dejo con el tema musical ¡Brave! (Valiente) de Sara Bareilles. El video tiene la traducción.